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viernes, 18 de abril de 2014

Cuidado con las enfermedades respiratorias



Las personas que padecen de enfermedades respiratorias deben tener en cuenta ciertas pautas para que su entorno laborar no afecte su salud.

Según como transcurra, la jornada laboral puede hacer de nuestras vidas una cadena de satisfacciones o una verdadera pesadilla, no solo por las tareas que podamos realizar, sino también por las condiciones ambientales del espacio.


Las personas que padecen de enfermedades respiratorias deben tener en cuenta ciertas pautas para que su entorno laboral no afecte su salud, pues los ambientes cerrados y alfombrados, la abundancia de equipos y aparatos y el uso constante de aire acondicionado empeoran la salud de quienes han tenido más de una crisis respiratoria.

"Cuando hablamos de aire acondicionado, hablamos de un gas y un aire congelado que disminuye el movimiento de los cilios en la vía respiratoria. Estos cilios son un mecanismo de defensa natural que tiene el sistema respiratorio para combatir las micropartículas ambientales que causan enfermedades posteriores".

Similar situación puede atravesar una persona que, por ejemplo sufre de rinitis alérgica y trabaja en un espacio en el que debe estar en contacto con sustancias como pinturas, solventes y químicos cuyos fuertes olores le provocan una suerte de crisis asmática.

Hay personas que por sus factores de su lugar de trabajo pueden desarrollar incluso un asma ocupacional. Tal es el caso de quienes padecen algún tipo de alergia respiratoria; una rinitis alérgica o alguna otra, focalizada en la tráquea o la faringe.

Lo mejor que una empresa puede hacer para disponer de instalaciones acogedoras y al mismo tiempo asegurar la salud de su personal es consultar a un médico especializado en salud ocupacional.

Respecto a las características que debe tener una oficina para evitar la generación de enfermedades respiratorias, las mejores condiciones ambientales las ofrecen aquellos espacios donde la decoración no incluye objetos que boten partículas y enrarezcan el aire.

El lugar debe tener una buena temperatura (no muy baja); y debe estar libre de moho y polvo, así como de los factores que favorecen la presencia de estos dos materiales generadores de alergias, como alfombras, por ejemplo.

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